Tengo que empezar diciendo que siempre que visito Santiago de Compostela suelo hacer la misma ruta gastronómica ya que para mí son sitios de culto, los cuales NUNCA fallan, pero llevaba un tiempo picándome el gusanillo por probar un nuevo sitio: Manso. Había oído hablar tan bien de él por los lugareños, los que realmente saben, que decidí ir con unas expectativas muy altas.
Leer artículo completo »